La Agencia Tributaria de Dinamarca demuestra ser otro colador

Hace unos días, los ciudadanos españoles asistíamos atónitos y escandalizados a partes iguales a la noticia de que el Banco de España daba por perdidos los más de 60.000 millones de euros que el Gobierno de Rajoy utilizó para rescatar a la banca (a cambio de subir los impuestos a los ciudadanos para saldar esa deuda). Nadie sabe dónde está ese dinero, que pagamos nosotros, y según el informe que publicó la entidad, lo más probable es que no puedan volver a recuperarse.

Por increíble que parezca, casi al mismo tiempo, en Dinamarca concluía un caso similar (aunque no comparable por las cantidades manejadas) con una resolución clara. La Agencia Tributaria danesa (SKAT, por sus siglas en danés) será restructurada en siete organismos independientes. Y se espera que eso ocurra para el año que viene. Esas siete autoridades estarán repartidas por el país, en lugar de estar concentradas en una sola sede, y cada una responderá ante el Ministerio de Hacienda. Los organismos independientes atenderán las deudas en los pagos de todo tipo de impuestos e incluso la forma de contratación en Dinamarca.

Esto sucede después de que la SKAT haya estado, durante más de tres años, en el ojo del escándalo en la prensa de su país por haber demostrado ser un verdadero desagüe de dinero. En agosto de 2015, el periódico DR Nyheder publicó que una enorme red de empresas extranjeras con filial en Dinamarca habían defraudado a Hacienda más de 12.300 millones de coronas (1.700 millones de euros), que habían terminado en fondos de pensiones de Estados Unidos. A pesar del chivatazo en la prensa, el fraude continuó a ojos de todo el país hasta el verano de 2016.

Las autoridades fiscales danesas desoyeron en varias ocasiones las advertencias de otros países del entorno, donde radicaban las sedes de las empresas defraudadoras

El caso tenía que ver con los impuestos que pagan las empresas extranjeras con filial o sede en Dinamarca. Esos impuestos suelen corresponder a un 27%. Sin embargo, por los acuerdos internacionales del país nórdico, las empresas con sede principal en el exterior pueden ahorrarse los impuestos en Dinamarca si demuestran que ya los han pagado en el país de origen.

«Durante ese verano comenzamos a sospechar de verdad después de recibir información filtrada por una autoridad extranjera», comentaba entonces el director de la SKAT, Jesper Ronnow Simonsen.»Ahora sabemos que el fraude estimado entre 2012 y 2015 se situaría en las 6.200 millones de coronas, y que esa cantidad habría ido a parar a fondos de pensiones de Estados Unidos mediante el uso de documentación falsa». ¿Y el resto del dinero? Nunca más se supo.

Los castigos ¿ejemplares? de la SKAT

A pesar de que Simonsen abrió una investigación en su momento tanto dentro como fuera de la SKAT, los resultados fueron tan pobres que el gobierno danés terminó por despedirlo. «Ha dado la casualidad de que Simonsen ha estado al mando de la SKAT durante sus peores escándalos», se excusó el portavoz del Partido Popular Danés.

skat
La fachada de la Agencia Tributaria danesa

Su destitución llegó después de meses de presión política y después de haberse descubierto que la SKAT había desoído numerosas advertencias por parte de autoridades extranjeras de que las empresas estaban usando como colador un sistema que, a priori, parecía inquebrantable. El país nunca había vivido una evasión de impuestos similar hasta el caso de los Papeles de Panamá (caso que, por cierto, también investigó la SKAT, desembolsando seis millones de coronas a cambio de información).

El gobierno danés, sin embargo, canceló 7.000 millones de coronas en la deuda pública de la población para costear parte de la pérdida de dinero; según los cálculos oficiales, perseguir manualmente esa deuda perdida costaría más dinero que lo que aportaría ese quite de deuda. Actualmente, los daneses tienen una deuda pública de unas 90.000 millones de coronas, incluidas 19.000 millones de impuestos personales no pagados.

Después de todos estos casos, finalmente el Ministerio de Hacienda ha decidido dividir la Agencia Tributaria en partes más pequeñas a fin de poder controlarlas mejor. «No somos críticos con la forma de trabajar del individuo, sino con el sistema, que no ha estado a la altura de las áreas más críticas», decía hace unos días el ministro de Hacienda. «En lugar de tirar el dinero financiando un sistema que nunca ha funcionado, está visto que deberíamos hacer que la SKAT deje de existir».

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