El partido ultraderechista Demócratas de Suecia ha presentado hoy una moción de censura contra el primer ministro, Stefan Löfven, por su papel en el escándalo de fuga de datos confidenciales de un organismo gubernamental.
El caso afecta a la Agencia de Transportes de Suecia y provocó el pasado mes de julio la salida inmediata del gabinete presidencial de dos ministros del Ejecutivo, que está en el poder en condiciones muy minadas: gobierna en minoría y Löfven no goza de demasiada popularidad entre la sociedad por su falta de carácter y carisma.
Aunque la ultraderecha ha reivindicado esta moción de censura como una manera de protesta contra la gestión «y la falta de responsabilidad» de los socialdemócratas, lo más probable es que no salga adelante porque la Alianza (conservadores, cristianodemócratas, centristas y liberales) no la apoyará. «No vamos a apoyar una moción contra el primer ministro, no hay motivos tan graves en la actualidad que la justifiquen, no tenemos información suficiente», dijo Annie Lööf, líder del Partido de Centro, segunda fuerza de la coalición opositora.
Las otras mociones contra los socialdemócratas
Ni los Demócratas Suecos ni Stefan Löfven son nuevos en esto de interponer y recibir, respectivamente, mociones de censura. Los de ultraderecha ya presentaron una en enero de 2015 por el intento de Löfven de neutralizar la enorme influencia de los Demócratas en el Riksdag, el Parlamento sueco (es la tercera fuerza más votada, con la posesión de un 14% de escaños). La Cámara tumbó esa moción porque la Alianza de centro tampoco la respaldó.
Sin embargo, los de centro-derecha también han estudiado presentar otra moción contra el ministro de Defensa, Peter Hultqvist, aplazada a la espera de que el Ejecutivo explicara el caso a la Comisión Constitucional del Parlamento. Aparte de eso, no se han decidido a dar el paso porque Hultqvist es un ministro apreciado por la oposición por sus opiniones conservadoras y los acuerdos a los que ha logrado llegar con prácticamente todo el arco parlamentario.
Según la versión oficial, Hultqvist se enteró en marzo de 2016 de que los servicios de inteligencia había tomado medidas para acabar con la fuga de datos y paliar los posibles daños, pero no informó al primer ministro porque dio por supuesto que se había enterado por las canales usuales en el Gobierno.
El caso
La Agencia Sueca de Transportes externalizó su gestión informática en 2015, siguiendo una orden del anterior Ejecutivo de centroderecha, y empleados subcontratados desde la República Checa sin las necesarias autorizaciones tuvieron acceso a la base de datos, con información sobre todos los vehículos en Suecia, incluyendo coches policiales y militares; identidades protegidas; registros policiales y rutas de vehículos blindados que transportan grandes cantidades de dinero. Según las autoridades, no hay pruebas ni indicios de que hayan pasado a terceras personas o que se hayan usado de forma inapropiada.