Xena, la princesa guerrera no era vikinga, pero sí puso sobre la mesa las historias de mujeres que luchaban con las mismas capacidades que los hombres. Princesa y escudera –casi casi como Don Quijote y Sancho Panza- manejaban espadas y derrotaban a enemigos. En principio, la serie era una simple fantasía… hasta que hace un par de semanas, una prueba de ADN desmontaba el mito de los guerreros vikingos.

Los historiadores y arqueólogos siempre han defendido que los restos de un vikingo hallados hace más de 100 años en la ciudad sueca de Birka eran de un hombre. Error. El líder era una lideresa. La tumba donde la mujer estaba enterrada fue descubierta por el arqueólogo sueco Hjalmar Stolpe a finales del siglo XIX. Entonces se dio por hecho que la persona que allí yacía era un hombre por todas las “viriles” armas que se encontraron a su alrededor, según cuenta el diario sueco The Local: espadas, hachas, una lanza, flechas de armadura, un cuchillo de batalla, escudos y los esqueletos de dos caballos.
No ha sido hasta hace un par de años cuando una joven estudiante de la Universidad de Estocolmo, Anna Kjllström, sacó los restos para un proyecto de Osteología y descubrió los rasgos femeninos de la estructura y forma de los huesos, especialmente los de las caderas. Fue entonces cuando realizó la prueba de ADN que confirmó sus sospechas. Hasta entonces, la imagen del varón guerrero en una sociedad patriarcal se reforzaba por las tradiciones en la investigación y por las ideas preconcebidas. Así que el sexo biológico del individuo se dio por sentado.
“Pero en realidad siempre fue una mujer de alrededor de 30 años y bastante alta para la estatura media de la época. Medía casi metro setenta”, explicaba la arqueóloga Charlotte Hedenstierna-Jonson, de la Universidad de Uppsala, que ha liderado el estudio. Además, tenía en su regazo un juego de guerra, como una especie de planificación utilizado para probar técnicas y estrategias de batalla, así que seguramente se tratase de una poderosa militar que además tomaba parte en la lucha.