Arne, la cara de la jubilación anticipada de Dinamarca

Es de Fjelstrup, una pequeña localidad al sur de Dinamarca. Tiene 59 años y en su cara sonriente empiezan a dibujarse algunas arrugas. Su expresión es agradable, a pesar de su aspecto rudo y curtido como obrero de la construcción. En su rodilla izquierda acumula más operaciones de las que recuerda. Él es Arne. Comparte nombre con Arne Jacobsen, uno de los arquitectos más reputados del diseño vanguardista danés y que, como su tocayo, fue albañil. Ahora es el turno de Arne. O eso dicen los carteles pegados por todo el país en los que se planea una nueva jubilación anticipada para los trabajadores de sectores más castigados física y psicológicamente.

El cartel promocional del partido socialdemócrata, con Arne como protagonista

Siete años de recortes en materia social empiezan a desdibujarse. La primera ministra socialdemócrata, Mette Frederiksen, ganadora de las elecciones de hace un año, ya ha respondido a la que fue su principal promesa antes de la campaña electoral. Para hacerla viable, Frederiksen subirá los impuestos a las rentas más altas y al sector financiero.

«Se trata de dignidad y justicia. Cuando uno ha trabajado muchos años y ha hecho lo que debía, tiene que poder retirarse con dignidad», dijo Frederiksen al presentar el plan en una fábrica de la principal empresa cárnica danesa. «Cuatro décadas de vida laboral son más que suficiente para que los trabajadores más castigados se jubilen».

Una propuesta criticada…

Lo cierto es que, atendiendo a la característica que habla de los trabajadores «con mayor carga física y psicológica», la medida está principalmente dirigida a los trabajadores peor cualificados y excluiría, según denuncian expertos y oposición daneses, a los profesionales con educación superior. Además, para optar a una jubilación anticipada, serían necesarios 47 años cotizados.

La primera ministra, Mette Frederiksen en la presentación
de su proyecto en una empresa de carne
de Dinamarca | Henning Bagger

Según las estimaciones de las autoridades administrativas, la medida no empezaría a funcionar hasta 2022, cuando podrían pedirla hasta 38.000 personas; si bien de momento sólo se calcula que se acojan a ella 22.000, de las cuales 6.000 serían mano de obra activa. El resto serían personas que perciben algún tipo de ayuda por desempleo. La cuantía ofrecida como pensión ascendería a más de 13.500 coronas danesas (unos 1.800 euros) brutas al mes; una cantidad no muy elevada teniendo en cuenta el alto nivel de vida en Dinamarca y unas cargas fiscales que rondan el 40% de los ingresos per cápita.

De ahí que el proyecto haya acaparado gran parte de la atención mediática y social en Dinamarca y haya provocado críticas en el sector más conservador del espectro político. Bancos y prensa de derecha han echado por tierra la medida al considerarla oportunista (por elaborar el planteamiento en plena crisis del Covid-19) y sectaria (por subir impuestos a los ricos). El Partido Liberal, líder de la oposición, la ha rechazado y apuesta por reformar la propuesta de jubilación anticipada que puso en marcha la derecha hace dos años de forma exprés; y que consistía en jubilar antes de tiempo a las personas con capacidad laboral muy reducida, previo examen médico.

La idea tampoco ha terminado de seducir a los verdes, que reclaman un modelo más flexible y generoso con sectores como el sanitario y el educativo que venga acompañado de rebajas fiscales para esos trabajadores que podrían beneficiarse de la jubilación anticipada. A pesar de todo, parece poco probable que el Partido Socialdemócrata, que gobierna en minoría, no saque adelante su proyecto estrella. Cuenta con el apoyo de las otras fuerzas de izquierda e incluso del ultraderechista Partido Popular Danés, que necesita un buen lavado de cara tras los comicios de 2019: consiguió algo menos del 9% de los votos tras dos años teniendo un aplastante 21% de apoyos.

… que ha gustado en Suecia

La primera ministra danesa abrazando a Arne en la celebración de la victoria electoral socialdemócrata | Reuters

La jubilación anticipada supone un guiño a las clases trabajadoras, las más damnificadas después de casi 20 años de embates al Estado del bienestar en Escandinavia. La propia Frederiksen aplicó la tijera a la duración de la prestación por desempleo en 2013, cuando era ministra de Empleo con el anterior gobierno de centroderecha. También amplió la edad de jubilación a los 68 años y desmanteló el antiguo modelo de jubilación anticipada, más generoso al que aprobó su Ejecutivo a toda velocidad. Desde la vecina Estocolmo, el gobierno sueco, también socialdemócrata, ha calificado de «inspirador» el proyecto y no descarta presentar uno similar el año que viene.

«No está tan mal», declaraba a la agencia de noticias DR el Arne protagonista del cartel socialdemócrata, y que se ha convertido en todo un fenómeno de masas en Dinamarca, donde los medios se lo rifan. La primera ministra incluso lo invitó a la fiesta que se celebró en la sede de su partido tras la victoria en los pasados comicios (la foto que encabeza este artículo). «No necesitas un certificado médico. Sólo tienes que apretar un botón y jubilarte».

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