‘El Infiltrado’: tráfico de armas norcoreanas en la embajada en Estocolmo

De trabajar entre fogones y diseñando menús a infiltrado entre las altas esferas de Corea del Norte. Lo que parece una película de acción de Hollywood es la realidad de Ulrich Larsen, un ex chef danés que decidió jubilarse antes de tiempo y vivir una doble vida como topo entre Escandinavia y una de las dictaduras más herméticas del mundo. 10 años en los que vio cómo el país asiático planificaba y diseñaba estrategias de producción y tráfico de armas y drogas, incluso dentro de la embajada norcoreana en Estocolmo; y que han materializado en un documental que Suecia y Dinamarca estudian llevar ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE) para estudiar posibles represalias internacionales contra el régimen de Kim Jong-un.

De producción casi totalmente danesa, con colaboración de la BBC y dirigido por el danés Mads Brügger, Mullvadet (The Mole): Undercover in North Korea (‘El Infiltrado: Encubierto en Corea del Norte’), aún no se puede ver fuera de Suecia ni de Dinamarca, aunque la productora no descarta ampliar su difusión una vez los organismos internacionales hayan decidido qué hacer con la película. Todo comienza cuando Larsen decide afiliarse a la Unión Internacional de Amigos de Corea del Norte, presidida por el español Alejandro Cao de Benós, que se considera embajador y defensor acérrimo del régimen norcoreano y que desmiente, precisamente, que la dictadura sea tal.

Alejandro Cao de Benós (izda) estrecha la mano de Ulrich Larsen en la embajada de Corea del Norte en Estocolmo, donde se produjeron las reuniones en las que el danés recibió los dibujos. Al fondo, los retratos de los considerados Líderes del régimen norcoreano | Dagens Nyheter

A través de las buenas relaciones que entabló con Cao de Benós (que le proporcionó contactos) y tras muchos años ganándose la confianza de las autoridades del país asiático, Larsen pegó micrófonos y cámaras ocultas por todo su cuerpo y su ropa para acceder a las reuniones a las que los diplomáticos de Corea del Norte en Dinamarca y Suecia le permitían entrar. La prueba de fuego llegó en 2013 la embajada de Estocolmo. «Cao de Benós me comentó que tenía tres inversiones interesantes con Corea del Norte y me preguntó si conocía a alguien que quisiera invertir también», cuenta Larsen a Expressen. Larsen tiró de uno de sus contactos, un ex delincuente danés de medio pelo que se hizo pasar por un inversor llamado Mr. James, y siguió adelante.

Una vez en el edificio, el embajador y varios consejeros le mostraron dibujos y planos ultrasecretos de una fábrica en una isla de Uganda, donde tenían pensado producir equipo militar, armas de fuego y metanfetaminas, camuflándolo como una inversión en un hotel de lujo.

Reunión en la embajada de Estocolmo, donde los diplomáticos norcoreanos muestran a Ulrich Larsen los dibujos de la fábrica ugandesa donde tienen planeado fabricar armamento y drogas | Audio extraído de un reportaje de Sveriges Radio

«Espero que esto resulte en algo satisfactorio para usted», dice el embajador en la conversación. «Yo también lo espero», responde Larsen. Ambos coinciden en la necesidad de que esa reunión se mantenga en la más estricta confidencialidad. De lo contrario, si algo se hiciese público, «la embajada no sabrá nada de esto», advierte el diplomático norcoreano.

Ulrich Larsen en el despacho de la embajada de Corea del Norte en Estocolmo, donde tuvo lugar la reunión con los diplomáticos norcoreanos | Dagens Nyheter

«En principio, ni me imaginaba que esto pudiera llegar al punto de que mi vida corriese peligro», confiesa Larsen a Ekstrabladet, el medio danés que publicó la exclusiva. «Sencillamente les caí bien. Fingí respetar a los Líderes Supremos y esa fue la clave. Mandé varios vídeos elogiándolos que llegaron hasta Corea del Norte y me dieron incluso una medalla. Eso me abrió las puertas definitivamente». Posteriormente, en un viaje no oficial al país asiático, el tal Mr. James firmó documentos de colaboración con el régimen para fabricar entre ambas partes la mercancía acordada en Estocolmo.

«Nunca pensé que llegaría a estar tan involucrado», confiesa Larsen al periódico sueco Dagens Nyheter, uno de los más rápidos en publicar una noticia que ha supuesto una auténtica bomba en Escandinavia. «Por eso decidí que era hora de pisar el freno, o acabaría muy mal». Y es que el trato parecía ir tan rápido que Larsen acabó confesándole a Cao de Benós que era un topo. Mr. James desapareció inmediatamente del mapa.

«Lo mantuve todo en secreto durante 10 años y no ha sido nada fácil. 10 años que se han reducido a dos horas de película. 10 años en los que he tenido un hijo al que apenas he visto por haberme convertido en un infiltrado. He llevado una doble vida en secreto por el bien de amigos y familiares y ahora sólo espero que todo esto salga a la luz y que se pueda ver cómo Corea del Norte sigue haciendo negocios ilegales a pesar de las sanciones», sentencia Larsen.

Las sanciones a Corea del Norte

Desde 2006, el Consejo de Seguridad de la UE y la ONU llevan imponiendo sanciones a Corea del Norte, o bien extendiendo las que ya existían. Las más duras comenzaron a aplicarse a partir de 2017, cuando el régimen de Kim Jong-un realizó pruebas con misiles balísticos, en contra de las restricciones que ya se habían aprobado y que prohibían al país seguir adelante con su programa nuclear.

El presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un (izda), y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Cumbre de Hanói (Vietnam) el pasado febrero, en la que no se alcanzó ningún acuerdo entre las partes | Getty Images

Esa resolución, firmada por Estados Unidos, recortaba en un 90%, las importaciones de gasolina y otros productos derivados del petróleo a Corea del Norte. Tras la Cumbre de Hanói (Vietnam) de febrero de 2020, en la que Kim Jong-un advertía a Donald Trump de que, cuantas más sanciones internacionales se impusieran en su país, menos caso haría, y que terminó antes de lo previsto y de forma abrupta, la ONU constató de nuevo que el país asiático no cedía en modificar su programa armamentístico. Actualmente Corea del Norte cuenta con las siguientes sanciones internacionales:

  • Prohibición de todo suministro de cualquier producto derivado del petróleo por parte de cualquier Estado miembro de la ONU.
  • Prohibición de importación de cualquier producto agrícola, ganadero, maquinaria, equipos eléctricos, vehículos de transporte o materia prima norcoreana de cualquier tipo por parte de cualquier Estado miembro de la ONU.
  • Restricción de navegación de buques o transporte marítimo sobre los que pesen las sospechas de haber participado en el incumplimiento de cualquier sanción impuesta desde 2006.
  • Repatriación de cualquier trabajador procedente de Corea del Norte en el extranjero.

Dichas medidas son las más duras tomadas hasta el momento y fueron ratificadas el pasado mes de julio hasta la próxima revisión anual. Ese mes se añadieron 57 personas y nueve entidades más a la lista de vigilancia.

Suecia y Dinamarca, «profundamente preocupados»

Esta semana, ambos países publicaban en las webs de sus respectivos Ministerios de Asuntos Exteriores una declaración conjunta en la que aseguran que el documental está siendo analizado «muy seriamente» de cara a presentarlo ante el Consejo de Seguridad de la ONU y en las reuniones de la UE tan pronto como sea posible. Desde el Ministerio de Exteriores sueco, Jeppe Kofod, no se descarta que estos nuevos datos sobre las actividades de Corea del Norte puedan materializar en sanciones aún más estrictas de las que ya se han tomado.

«No es algo que Dinamarca o Suecia puedan resolver solos», declara a SVT. «Se necesita una acción conjunta con otros países. No me sorprende lo que veo, porque Corea del Norte lleva años actuando a espaldas del mundo y rompen con todas sus obligaciones. Son un régimen absolutamente grotesco». A la pregunta de cómo valora que la embajada en Estocolmo haya sido el escenario de negocios ilegales, asegura que «la ley sueca es tajante, a pesar de la inmunidad diplomática». Sin dar mayores detalles.

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